Among Ashes: Entre cenizas se haya la verdad

El género de terror en los videojuegos es sencillamente apasionante, y creo que no me equivoco al afirmar que es el más estudiado, el que cuenta con una de las mayores tradiciones dentro del mundillo y el que más se reinventa, con diferencia. No importa en qué momento leas este artículo, seguro que habrá nuevas y frescas propuestas esperando para hacerte pasar un mal rato. Placer culpable le llaman.

Among Ashes, lo nuevo de Rat Cliff Games, es una de esas propuestas que tienen como misión no solo apelar a nuestro instinto primario del miedo, sino también al de la sorpresa. Un juego que se reinventa cada pocos minutos, donde cada paso es un guiño tanto a los videojuegos de terror clásicos como modernos, donde pasado y presente se dan la mano y se entremezclan para brindarte no un juego de terror al uso, sino una de las experiencias más originales de la actualidad. Dejadme deciros una cosa: Jugadlo. Así, sin más. Este es de esos juegos que cuanto menos sepáis de él, mejor. Avisados estáis.

Captura de Among Ashes. Se ve la ventana del Messenger con una conversación donde el amigo del protagonista saluda y le pasa el enlace para descargar el videojuego Night Call

Una noche lluviosa de principios de los 2000

Pongámonos en situación: Es el año 2001, noche lluviosa, estás en tu cuarto jugando tranquilamente en tu PC una partida al DOOM Demon Blood cuando, de repente, nos salta una notificación del MSN Awesome Messenger. Tu amigo Mark ha estado buceando por internet y ha dado con un foro donde se está distribuyendo el ejecutable de un juego que, parece ser, es bastante turbio (un clásico del internet de los 2000s, cuando «todo esto era campo» y no había filtros). Mark te pasa el link y, evidentemente, tú visitas el foro y descargas el juego. A partir de aquí comienza una experiencia de varias capas de profundidad, narrativas interconectadas, metajuegos, límites de la realidad difusos y puntuales rupturas de la cuarta pared.

Among Ashes se desarrolla en el piso del protagonista, donde nos moveremos libremente para investigar las distintas habitaciones. En su cuarto, se puede sentar en el PC para charlar por Messenger, navegar por la red de forma puntual y jugar a Night Call, ese videojuego tan turbio. Podremos levantarnos de la silla para pausarlo, y volvernos a sentar para reanudarlo. A medida que vamos avanzando en Night Call comenzarán a pasar cosas extrañas en tu apartamento, tu amigo Mark te hablará por Messenger y, a medida que ahondáis en el videojuego, todo se irá volviendo más siniestro en la «vida real».

Captura de Among Ashes. Se ve el videojuego Night Call, donde el protagonista se está enfrentando a un zombie en camisón de hospital, stán dentro de la mansión, está oscuro y solo se ven un par de focos de luz.

El metajuego de horror

Un juego dentro de otro juego, eso es lo que nos proponen desde Rat Cliff Games. Una propuesta que encaja perfectamente con cierta tendencia en la escena de terror independiente durante el 2024, donde hemos tenido juegos como Tormenture o joyas de itch.io como No Players Online o Replay. El metajuego es meta (nunca mejor dicho) y no por ello resta originalidad a lo que presenta Among Ashes, al contrario, sus virtudes radican en aspectos completamente diferentes a lo visto en los ejemplos anteriores.

Among Ashes apuesta por el terror de exploración más contemporáneo como Visage y nos brinda un piso de construcción sencilla pero efectiva que hará que nos cueste decidir en cual de los dos videojuegos queremos estar para sentirnos a salvo. Night Call, por su parte, se va al Survival Horror más clásico con una fusión de conceptos y mecánicas de los tres grandes: Alone in the Dark, Resident Evil y Silent Hill. No es que hable de guiños puntuales, es que hay elementos dentro de Night Call que están directamente calcados de los citados (el propio «desarrollador» así lo reconoce), aporta sensación de familiaridad pero a la vez es novedoso. La trama es interesante, los puzzles están muy bien medidos y son muy creativos en su resolución. Los enemigos aportan tensión constante con ruidos que atraviesan paredes y la mansión Stoker es tan enrevesada como la mítica Spencer.

Captura de Among Ashes. Se ve el videojuego ficticio Demon Blood, que el protagonista juega en su PC al comienzo del juego. En Demon Blood se ve la interfaz y una escopeta apuntando a una calavera flotante.

Fiel recreación de los PCs del 2000

El PC del protagonista de Among Ashes es un gran homenaje a los ordenadores e internet de principios de siglo. Ya no solo por el FPS al que jugamos al principio (de hecho los Boomer Shooters están muy de moda hoy en día), sino también por el mítico fondo de pantalla del prado verde y la interfaz de escritorio al estilo Windows XP. El Messenger está recreado a la perfección (con sus nicks y estados horteras sobrecargados de emoticonos y caracteres especiales, como debe ser) e incluso en cierto momento del juego aparecerá un reproductor al estilo Windows Media Player con su clásica interfaz de degradados azules. Imposible no soltar una sonrisa de cariño.

La navegación por internet mediante el navegador Internet Explorer Awesome Internet Browser es otro de esos puntos nostálgicos que me ha encantado como está recreado: con un diseño web basado en frames embebidos y con bordes, menú de enlaces a la izquierda (con «libro de visitas» incluido), banners grandes y horteras en la cabecera y fondo negro. Los foros llenos de imágenes y pies de firma sobrecargados y diseño underground (cuando llegabas a un foro así sabías que ibas a encontrar cosas).

Captura de Among Ashes. Se ve el pasillo del protagonista en la vida real, está poco iluminado y al fondo se aprecia una sombra con la forma de silueta de una niña.

Realidades distorsionadas

Ambos juegos se desarrollan en primera persona y es una elección la mar de acertada, porque el propósito de Among Ashes es que termines cuestionándote si estás sentado en el escritorio de tu piso o, por el contrario, sigues en Night Call. Llega un momento en que necesitas mirar a los lados de la pantalla para ver los bordes del monitor de tubo y confirmar que no has abandonado la realidad. Todo se difumina y el concepto de metajuego se lleva hasta su máximo exponente. Es complicado dar una opinión con fundamento respecto a este tema sin entrar en los spoilers, pero os aseguro que, aunque hay más propuestas, esta me ha parecido la más rica y con el concepto de difusión de realidades más interesante de los que he jugado este año.

Una gran propuesta no exenta de carencias

Among Ashes no es perfecto, eso es importante puntualizarlo. En el momento de realizar el análisis, el juego tiene bugs que hacen que algunos enemigos se comporten de forma errática o que incluso algunas paredes se solapen entre ellas (mención especial al ascensor y el puzzle de los dígitos, donde llega un momento en el que es imposible resolverlo y tenemos que cargar la partida). Por otro lado el juego tiene un par de aspectos que, si se hubieran cuidado, habrían hecho esta propuesta mucho más redonda.

Captura de Among Ashes. Se ve el escritorio del protagonista con su silla, la mesa con una planta y un árbol de navidad en miniatura. En la mesa está el PC encendido. Detrás se ve la ventana que da a la calle, está lloviendo fuera.

Nostalgia poco aprovechada

En primer lugar el factor nostalgia de los PCs y el internet de los 2000 está poco aprovechado y hubiera dado para infinidad de guiños y momentos interesantes. En el PC tan solo podremos jugar a Night Call (y al principio a Demon Blood), chatear por Messenger solo con Mark (aún teniendo una lista de contactos visible) mediante acciones predefinidas, navegar por internet (solo en los links que Mark nos va enviando) y, en un momento puntual, arrancar el reproductor multimedia. Ni rastro de otros reproductores, iconos de juegos, páginas de minijuegos flash, o incluso acciones tan molestas como el zumbido del Messenger (que aquí hubiera encajado perfectamente como jump scare). Es cierto que esta carencia está solventada narrativamente hablando, ya que el protagonista tiene el equipo recién formateado porque le han hackeado, pero aún así se echan en falta cosas.

Zona final muy irregular

Por último, y esto es algo 100% personal, en lo jugable el último tramo me sobra completamente y me ha llegado a sacar del juego. Me explico:

Durante todo el juego se apuesta por el terror ambiental y el survival horror clásico (ambos funcionan a la perfección), pero al llegar al último tercio todas estas mecánicas cambian por una de persecución a base de ensayo y error, con muerte instantánea y teniendo que cargar la partida en un punto anterior. Puedo entender el factor homenaje pero el cambio de dinámica me parece demasiado brusco. Creo que de haber mantenido los enemigos normales en las últimas zonas hubiera funcionado todo mucho mejor, y las sensaciones de tensión y supervivencia tan buenas que tenía durante todo el tiempo seguirían intactas. Todo se siente muy apresurado, artificial. Estás en un momento de tensión y respuestas en la trama para, al segundo siguiente, echarte a correr como un loco en un batiburrillo de pasillos laberínticos mientras resuelves un puzzle (sí sí, a la vez). Definitivamente no me encaja.

Conclusión

Among Ashes es uno de los videojuegos de terror más originales que nos ha dado el 2024, planteando un concepto de metajuego que mezcla el walking simulator con el survival horror de principios de siglo. Un juego hecho con mucho cariño, que explora los límites del género, que toma lo mejor de los clásicos y lo fusiona con el terror ambiental de los mayores exponentes contemporáneos. Un título que no se juega, se experimenta.

La entrada Among Ashes: Entre cenizas se haya la verdad se publicó primero en DeVuego Blog.



from DeVuego Blog https://ift.tt/oE2jGAn
via IFTTT

Entradas más populares de este blog

Super Soccer Blast. Antes del tiki taka, después de Naranjito

Reseña de ‘El Padre de las Almas Oscuras: Hidetaka Miyazaki a través de su obra’