The Witcher 3 juego gigantesco
The Witcher 3 demuestra que abandonar los viejos equipos ahora sí tiene todo el sentido del mundo. Se trata del primer juego realmente potente uno de los mejores de rol occidental de los últimos años por razones como el tamaño y complejidad de su mundo abierto o su profundidad narrativa.
El juego fue desarrollado por CD Projekt RED y distribuido por Namco Bandai Games para PC, PlayStation 4 y Xbox One, es la tercera entrega de la saga The Witcher; aventura de rol en un mundo de fantasía, protagonizada por el cazador de bestias Geralt de Rivia. En The Witcher el jugador es Geralt de Rivia, un cazador de monstruos profesional que debe encontrar a la muchacha de una profecía en un enorme mundo rebosante de ciudades, islas con piratas vikingos, peligrosos puertos de montaña y cuevas olvidadas.
Muchos aseguran que The Witcher 3: Wild Hunt es un verdadero lujo que hace un guiño a los sistemas de combate más activos y ágiles, pero que sigue siendo, en su núcleo, una experiencia rolera del más alto nivel. Además, se trata de una que no nos propone crear un personaje, sino que nos mete en el papel de alguien que ya existe y tiene un siglo de historia a sus espaldas, Geralt.
Referencias que atrapan
La dicotómica psicología del personaje principal, quien transformado en brujo mantiene emociones humanas, refuerza esta historia de búsqueda que se nos presenta. Y las peripecias que debe atravesar (desde matar bestias hasta encontrar ladrones) por un mundo que lo trata como un monstruo por ser diferente nos pone a pensar que esta fantasía de juego no dista tanto de la realidad.
También hace tomar decisiones, quien vive, quien no, intimar con viejos amores o dejarlos ir y cada uno de los senderos que escojamos nos va a conducir a otro que se bifurcará nuevamente para arribar a un destino que tal vez no era el que esperábamos. Y eso a su vez, es la magia que tienen los juegos. Siempre se pueden empezar de nuevo.
Es juego gigantesco, tanto en proporciones, como en duración de la aventura, la duración del juego puede irse, fácilmente a las tres cifras, dada la ingente cantidad de misiones emergentes, secretos y objetivos principales y secundarios que encontraremos en nuestro viaje.
Si nos centráramos solo en la línea argumental principal, nos iríamos fácilmente a las 40 horas de juego, pero a poco que nos dejemos llevar por la propuesta, el tiempo en Novigrado, Skellige y demás localizaciones se multiplicará exponencialmente, hasta extremos pocas veces vistos. Pero no adelantemos acontecimientos y centrémonos en la narrativa del título, que comienza con Geralt buscando a Yennefer de Vengerberg en compañía del veterano Vesemir. Una búsqueda que, evidentemente, acaba derivando en otros menesteres cada vez más importantes, entrando Ciri, la hija adoptiva del protagonista, en juego. El punto de partida es simple, pero las ramificaciones son muchísimas, con cada paso que damos afectando al anterior.
El señor de Undvik
Hjalmar Bocatorcida se ha lanzado a la búsqueda de un mito. Va a buscar al señor de Undvik, un gigante de hielo legendario que parece ser que podría seguir vivo, para demostrar que puede ser rey.
Hjalmar recordaba a su padre en gestos y carácter, y muchos predecían que con el tiempo superaría a su padre en honor y fama. Lo tenía todo para convertirse en un guerrero soberbio, anchos hombros y un gran talento como espadachín. Además, con su carisma y su tendencia a un arrojo cercano a la locura podría saciar las ansias de riquezas y gloria de todos los jóvenes de los clanes de Skellige.
Hjalmar un candidato obvio para ser el nuevo rey de Skellige, no dudó en anunciar sus intenciones cuando llegó el momento, y se dirigió de inmediato a Undvik para demostrar su valentía y enfrentarse al legendario gigante de hielo. Hjalmar llevó a cabo lo que había anunciado y con la ayuda del brujo, derrotó al feroz coloso de Undvik.
Cuando se habla de las hazañas de Hjalmar, es necesario mencionar que no dudó un instante en apoyar a Geralt cuando este le pidió ayuda para defender a Ciri en Kaer Morhen