Oppidum: crafteo y exploración

Hace ya un tiempo, descubrí el mundillo de los sandbox de mundo abierto con crafteo, exploración y construcción. Empecé, como casi todo el mundo, con Valheim. Ya sabemos como va: enorme, inmenso, inabarcable, con miles de cosas por hacer siempre. Y oye, en según qué juegos, agradezco que haya alternativas menos densas y más directas. Me pasó con Dauntless, y mira que soy fan de la saga Monster Hunter, pero agradecí aquella propuesta simple y directa, con su núcleo jugable intacto. Hoy os traigo Oppidum, la alternativa más directa a Valheim y otros del género.

Supervivencia narrativa

Oppidum, de EP Games, comienza así: El mundo de Insule ha sido presa de una maldición, todo está casi en ruinas, los monstruos campan a sus anchas, y la ciudad de Oppidum parece paralizada en el tiempo, aislada del resto del mundo por un campo de fuerza. Gracias a la poca magia que queda en el mundo, han invocado ayuda a otros mundos, y aquí aparecemos nosotros. Aparecemos en este extraño mundo mediante un portal, una criatura extraña nos saluda, un gato antropomórfico que habla y nos lleva a un claro que, a partir de ahora, será nuestro centro de operaciones.

En Oppidum, todas las misiones y objetivos que tenemos responden a la historia. Esto se agradece porque rara vez sucede en el género. Cualquier recado que nos hagan irá encaminado a desentrañar el misterio de Insule o, como mínimo, a desarrollar alguna pequeña trama intermedia con la que conseguir mejoras. La historia no es demasiado complicada, se sigue bien y no requiere de muchos esfuerzos para seguirla sin problemas. Disponemos de dos pueblos llenos de habitantes con los que hablar, comerciar, cumplir encargos y, muy importante, desarrollar historias que poco a poco se irán entrelazando.

Construye un refugio seguro

Ya os he contado que lo primero que hacemos nada más comenzar la partida es establecer nuestro campamento. Esta zona servirá como base de operaciones donde podremos contruir todo tipo de edificios y mejorar a nuestro personaje. Entre todas las opciones que tenemos a nuestra disposición tenemos los clásicos edificios donde trabajar la madera y la piedra, la indispensable mesa de trabajo con la que fabricar todo tipo de equipo, el huerto, la granja, un horno para crear pastelitos que mejoran nuestras estadísticas temporalmente, y mucho (muchísimo) más. Prepárate para pasar muchas horas en tu base, porque vas a estar montando una mini-cadena de producción antes de que te des cuenta.

Por supuesto todo esto necesita de muchos materiales, y aquí es donde no se ha escatimado: prácticamente todo lo que ves en la pantalla se puede recolectar, picar, pescar o talar. No hay nada que no puedas quedártelo para llevarlo a la base y guardarlo en el baúl para usarlo como ingrediente. Lo cual da lugar a una carencia de la que ya hablaremos después, en su correspondiente sección.

Afronta los desafíos

En el mundo de Insule hay, aparte de enemigos salvajes, campamentos de corruptos que estarán guardando un cofre del tesoro. Para abrirlo y hacernos con el botín hay que, evidentemente, limpiar antes la zona. El valor de la recompensa varía en función del nivel de los enemigos, así que sobra decir donde se encuentra lo mejor del juego ¿verdad?

Luego tendremos, además, varias secciones de la isla donde sus criaturas son mayormente hostiles y los biomas extremadamente diversos. En este punto uno puede pensar en ir para allá lo justo y necesario pero, como habrás podido adivinar, en esos biomas están los materiales más avanzados y que tendremos que recoger como locos si queremos el mejor equipo y que nuestra base llegue a los máximos niveles.

Personalización y exploración…

Llegados a este punto y dicho lo básico de Oppidum, ya podemos entrar en materia. El editor de personaje y del mundo son bastante completos. Esto último muy necesario para personalizarnos la partida, ya que Oppidum se puede en solitario o con tres amigos y, si eres más de jugar por tu cuenta, agadecerás muchas de las opciones disponibles para personalizar. Se puede personalizar desde la duración del ciclo dia/noche a la cantidad de materiales que puedes recoger, la hostilidad de los enemigos, campo de visión, etc. Me gusta que hayan puesto tanto esfuerzo en hacer que puedas configurar cualquier aspecto del juego, aunque si lo prefieres tienes unos ajustes predefinidos bajo las clásicas etiquetas de modos que van de fácil a supervivencia extrema.

En estos aspectos todo se mantiene sencillo y directo (repito, agradezco no tener que estar lidiando con docenas de materiales distintos repartidos por todas partes), tenemos un único bául con espacios de sobra y, eventualmente, podremos construir otros baúles en los pueblos, los cuales estarán conectados entre ellos. Así que olvidate de crear decenas de cofres donde agrupar materiales, céntrate en explorar.

…mucha exploración

Porque en Oppidum todo está dispuesto para que recorras de principio a fin el mundo, varias veces. Hay mercaderes que cambian de localización, materiales abundantes en algunos sitios pero escasos en otros, recados que te harán recorrerte medio mapa, y así un largo etcétera. Además no pienses que al avanzar de nivel de materiales ya te tienes que olvidar de los base, porque siempre vamos a tener alguna misión en la que nos los van a pedir. La cosecha y la granja sirve para alimentarnos, por supuesto, pero también tenemos varios altares que nos pedirán esos productos para aumentar nuestro inventario, salud o capacidad de carga. Hay materiales que solo se consiguen de determinados enemigos, localizados en una zona muy concreta, por lo que prepárate, vas a andar.

Un arranque irregular

Lo cierto es que Oppidum no tuvo un buen comienzo desde su lanzamiento y puedo llegar a comprenderlo. Al principio, tienes un inventario extremadamente limitado y una capacidad de carga muy pequeña, sabes que eso se solucionará conforme avances así que no hay problema. La cuestión es que las primeras horas te las vas a pasar más tiempo caminando que haciendo cosas de utilidad. Es cierto que han lanzado varias actualizaciones y que, una vez desbloqueas los pergaminos de viaje rápido, es cuando el juego arranca y empieza el vicio de verdad. Pero esto sucede cuando llevamos unas 10 horas de partida (con la configuración del mundo a su ajuste más fácil), lo cual supone una barrera importante. Como muestra ahí están las estadísticas de logros de Steam, donde solo el 50% ha llegado al primer pueblo (algo relativamente sencillo dentro de esas 10 horas iniciales).

Otro aspecto que no me terminó de convencer es el de la economía del juego. Los mercaderes funcionan a base de trueque, tenemos una zona donde poner nuestros materiales y, en la otra, elegir los que queremos, una balanza determina si el intercambio es justo o no. Las cantidades de materiales que necesitaremos para proceder con el trato son desproporcionadas comparadas al esfuerzo que nos ha costado. Basicamente, no he estado varios días sembrando lechugas para que no nos den por 50 de ellas ni siquiera 5 tornillos. No está del todo nivelado y se siente injusto (de hecho más de una vez no he intercambiado por eso mismo).

Oppidum merece la pena

Quería terminar esta vez destacando todas las cosas positivas, porque Oppidum las tiene, y no son pocas. Visualmente es muy agradable, con una estética y menús de clara inspiración en nuestro querido Breath of the Wild. El multijugador va francamente bien y es una gozada jugarlo con amigos. Aunque es un juego muy centrado en el grindeo, la verdad es que eso no lo hace pesado ni mucho menos.

Oppidum se siente bien, se disfruta bastante, tienes ajustes del mundo para crearte tu propia experiencia tanto si quieres algo desafiante como jugar solo a cosechar y craftear. Es cierto que su precio pueda parecer elevado, pero merece la pena probarlo y sacarle todo su jugo, la campaña dura unas 40 horas en solitario (con ajustes en modo muy fácil) y luego hay casi el doble solo en encargos secundarios y secretos.

Conclusión

Oppidum se muestra como una gran alternativa al género de los sandbox de exploración y crafteo. Con una propuesta muy sólida y centrada en la sencillez, va al grano y sin complicaciones. Su historia es interesante y te anima a seguir explorando. Aunque el verdadero reto empieza cuando pasan varias horas, si eres capaz de pasarlas, estarás atrapado por completo.

La entrada Oppidum: crafteo y exploración se publicó primero en DeVuego Blog.



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